martes, 19 de octubre de 2010

MÁS SOBRE EL BOTELLÓN

Los adultos tolerantes no pueden posicionarse frontalmente en contra del fenómeno que convencionalmente conocemos como botellón.
Según se nos dice, és una modalidad de diversión elegida por los jóvenes para pasar en grupo y al aire libre la noche en torno a una compartida botella de alcohol.
Inevitablemente, puesto que de jóvenes se trata, la trasgresión ha de estar presente.
Pero ese dato, por sí sólo, no descalifica nada. Al fin y al cabo, sólo ejerciendo el derecho a hacer lo que a cada uno apetece, puede el joven llegar a definir con autonomía su personalidad.
Por eso es importante estar con el botellón. Lo que supone, a poco sentido común que se le eche a la cosa, estar contra lo que «no es botellón». O, al menos no lo es en el sentido en que habitualmente se apologiza el fenómeno.

Palma de Mallorca endurece las sanciones por hacer botellón
El Ayuntamiento de Palma de Mallorca ha endurecido las sanciones por beber alcohol en la calle. El consistorio ha sacado una nueva ordenanza municipal que establece multas de entre 1.500 y 3.000 euros por hacer botellón. Asimismo, la nueva medida contempla otras sanciones para quienes se concentren en la calle y molesten los vecinos. El gobierno local trata así de poner freno a la práctica del botellón, que provoca una gran acumulación de basura en zonas como el paseo marítimo.


Los jóvenes palmesanos permitimos al Ajuntament muchas cosas como por ejemplo que hayan llenado la ciudad de obras y no podamos levantarnos cada día a la una del mediodía debido al ruido que provocan, también podemos permitir tener el billete de autobús más caro de España y como no.
Lo que no podemos tolerar son declaraciones en las que se deje caer una prohibición del botellón en Ciutat. Al menos a mi me parece desafortunado. Ya sé que hay muchos jóvenes que están en contra del botellón, que eso es de niños, que molestamos, que ensuciamos… Acepto las críticas pero debo decir que la ubicación del botellón en Palma de Mallorca es privilegiada tanto para los usuarios como para los vecinos de la zona ya que no provocan molestias por ruido.


Según publica Diario de Mallorca la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, dijo ayer que “están estudiando vías de actuación para controlar este fenómeno”. También dicen que trasladarán el botellón a los extremos del Paseo Marítimo pero me huele más a intentar poner paños de agua fría.
Mientras en Mallorca sigan existiendo zonas como El Arenal o Punta Ballena y los turistas puedan llevarse a la playa cubos de cinco litros de sangría es un error intentar promover medidas de control al botellón.




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